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La pérdida de un ser querido

La tristeza y la pena son las emociones que uno experimenta internamente como reacción ante una pérdida. Aunque lo más común es que se hable de la muerte de un ser querido, cualquier pérdida importante (por ejemplo, la ruptura de una relación, la pérdida de un empleo o la pérdida de una situación de vida) puede dar lugar a estas reacciones emocionales.

 ¿Qué es el duelo?

La pena y el dolor, como ya mencionamos, son las emociones que uno suele experimentar como reacción ante una pérdida, mientras que el duelo es el estado de experimentar esa pérdida. Aunque no tiene un diagnóstico médico formal, el duelo prolongado se refiere a una reacción a la pérdida que dura, normalmente, más de un año. Se caracteriza por la intensificación de la reacción de duelo que afecta las relaciones interpersonales, alterando sus creencias, y tiende a hacer que el afligido experimente un profundo y extenso anhelo por el fallecido.

Existen las llamadas claves para el recuerdo, que, como bien su nombre indica, hacen traer a la memoria de los dolientes momentos o vivencias compartidas con esa persona perdida. También existen otros factores que pueden alargar el periodo de tiempo del duelo, entre ellos la propia salud física y emocional antes de la pérdida, la relación entre el fallecido y los dolientes, así como la naturaleza de la muerte. En este sentido, las personas que han experimentado una muerte inesperada o violenta de un familiar o amigo pueden correr un mayor riesgo de desarrollar una depresión grave, un trastorno de estrés postraumático (TEPT) o una pena prolongada.

Dentro de la experiencia emocional de la pena, cabe mencionar que existen siete etapas: shock o incredulidad, negación, negociación, culpa, ira, depresión y aceptación/esperanza. Así pues, el paso por todas estas fases (de izquierda a derecha), puede conllevar al individuo a un crecimiento o  desarrollo personal.

¿Qué es el luto?

A diferencia de la pena, el luto sería la expresión exterior de esa pérdida. El luto suele implicar rituales culturalmente determinados que ayudan a los dolientes a dar sentido al final de la vida de su ser querido y a estructurar lo que puede parecer un momento muy confuso. Así, mientras que el dolor interno del duelo es un fenómeno más universal, la forma en que las personas lloran está influenciada por sus creencias y costumbres personales, familiares, culturales, religiosas y sociales, seria el luto. Aquí incluimos los siguientes aspectos: (1) cómo las familias se preparan a sí mismas y a sus seres queridos para el afrontamiento de la pérdida, (2) cómo entienden y reaccionan ante el fallecimiento, y (3) las prácticas para preservar los recuerdos de los fallecidos (su funeral o conmemoración, entierro, cremación), por lo tanto, el luto está influenciado tanto por factores internos como por factores externos.

Samantha Benarroch